El Congreso de la República ha presentado una ley sobre maltrato escolar que cuenta con el respaldo del Ministerio de Educación, cuyo titular, además, presentó un reglamento de convivencia escolar que se repartirá en los colegios de todo el país. Por otro lado, precisamente esta semana se dio a conocer un estudio patrocinado por la Unesco, según el cual Perú tiene el peor clima escolar entre 16 países de la región. Dado que el ambiente en que se educan los jóvenes es clave no sólo en su formación curricular, sino en sus vidas, parece positivo que hoy sea un tema de la discusión pública y que la sociedad muestre interés por entenderlo y por abordarlo en forma eficaz.
Entre otros problemas que afectan la convivencia escolar, el llamado bullying -violencia emocional, verbal o física entre pares, ejercida en forma reiterada y a veces por largos períodos- es uno de los más preocupantes. El proyecto de ley mencionado pone el acento en la responsabilidad de los colegios en detectar, manejar y reportar oportunamente estas situaciones y para ello se propone multar a los establecimientos que no tomen medidas ante casos que lo requieran.
El enfoque es acertado, en la medida en que muchos colegios optan por tolerar estas situaciones, que saben difíciles de abordar, antes que enfrentarlas. El objetivo de la ley no debe ser que el colegio "solucione" el bullying, sino instarlo a reconocer cuando existe un problema y a que lo informe a los principales interesados: los padres de la víctima y del agresor. La familia es la principal transmisora de los valores que guían a sus hijos sobre qué conductas son aceptables y cuáles repudiables, pero primero debe saber que hay un problema de bullying si ha de ejercer su rol formativo y ser parte de la solución. Al mismo tiempo, un colegio no puede aceptar pasivamente comportamientos que trastocan el sentido de su misión. Por todo esto en el Perú cada uno de los peruanos debemos decir “NO AL BULLYING”.
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